(Por Lucas Germán Silva, Associate Director en HALO Executive Search) Durante años nos contaron que el salario era la explicación de casi todo: motivación, compromiso, satisfacción.
Y sí, la plata importa. Mucho. Especialmente en Argentina.
Pero si fue el factor dominante durante décadas, hoy ya no explica por qué la gente se queda… o por qué se va.
Lo vemos todos los días en HALO: las personas escuchan propuestas laborales con un nivel de análisis completamente distinto al que veíamos hace cinco años.
Hay un cambio real, profundo, que no tiene nada que ver con “beneficios cool” ni con frases de LinkedIn.
Una encuesta realizada por LinkedIn Noticias América Latina confirmó esta realidad en porcentajes:
- 64% quiere desarrollo
- 19% quiere reconocimiento
- 17% quiere bienestar
Pero esos números, si no los cruzás con lo que pasa en la calle, quedan en teoría.
Acá va lo que realmente estamos viendo nosotros, hablando con cientos de candidatos por mes y acompañando a decenas de empresas:
1. Desarrollo: la razón número uno por la que la gente se va
La mayoría no renuncia por plata.
– Renuncia porque siente que se estancó.
– Renuncia porque pasa un año entero sin que nadie le diga hacia dónde va.
– Renuncia porque su trabajo quedó en piloto automático y nadie lo desafía:
- “¿Cuáles son mis próximos pasos?”
- “¿Qué puedo aprender acá?”
- “¿Dónde quieren que yo crezca?”
Si una empresa no puede responder eso, pierde talento. Así de simple.
Y la contracara también es directa: cuando una organización muestra un camino claro, aunque sea chico, la gente se queda.
Porque crecer da sentido. Y el sentido vale más que un ajuste salarial aislado.
2. Reconocimiento: lo que cuesta cero pesos y casi nadie hace
El 19% dijo que lo que más felicidad les da es ser reconocidos.
Nadie se sorprende.
Lo sorprendente es lo poco que se practica.
Todavía hay líderes que piensan que reconocer es “mimar a la gente”. Pero no es así. Porque reconocer es gestión.
Un “bien hecho”, un mensaje de cierre de mes, una mención en una reunión, una devolución honesta…
Todo eso genera más compromiso que cualquier after office.
Y se nota cuando falta: la gente deja de esforzarse cuando siente que da lo mismo hacerlo bien que hacerlo mal.
3. Bienestar: no se trata de yoga, frutas ni mindfulness
Bienestar no es regalar una sesión de meditación.
Bienestar es que no te escriban un domingo a la noche.
- Es que no cambien prioridades cada 48 horas.
- Es trabajar con líderes que no queman equipos.
- Es tener un ritmo de trabajo que permita vivir además de producir.
El 17% dijo que esto los hace felices.
Y la verdad: debería ser más.
Porque ninguna empresa sostiene resultados con gente rota.
Lo que está cambiando de fondo
Las personas no buscan “trabajos que paguen más”.
- Buscan lugares donde no sentirse desperdiciadas.
- Buscan coherencia entre lo que la empresa dice y lo que hace.
- Buscan líderes que enseñen, no que controlen.
- Buscan proyectos donde tenga sentido poner la energía.
El salario sigue siendo la base.
Pero la calidad de la experiencia laboral —crecer, ser visto, sentirse bien— es lo que realmente mueve la aguja.
